Cuando me diagnosticaron melanoma infiltrante en el muslo, sentí que el suelo se desmoronaba bajo mis pies. Nunca imaginé enfrentar algo tan serio. Al principio, estaba en shock y luego vino el miedo: miedo a la cirugía, a los tratamientos y, sobre todo, a lo desconocido.
Físicamente, la cirugía dejó una cicatriz visible que me hace sentir insegura. Algunas veces siento molestias en la pierna, y el tratamiento, me ha dejado con fatiga y efectos secundarios que afectan mi rutina diaria.
Emocionalmente, ha sido una montaña rusa. La incertidumbre de si el cáncer se diseminó o podría volver me causa ansiedad constante.
Sin embargo, con el tiempo, he encontrado fuerza en mi familia y amigos. Este proceso me ha enseñado a valorar cada día y cuidar mejor de mi salud.
Alexandra Palaskov Morales
Recientemente operada por un melanoma en el muslo. Biopsia revela melanoma nodular infiltrante con criterios de riesgo, aunque sin evidencia de metástasis en los ganglios estudiados. En seguimiento y con esperanza en cada paso hacia adelante.
Cada uno dibuja su historia. Este es el camino.
Recientemente operada por un melanoma en el muslo. Biopsia revela melanoma nodular infiltrante con criterios de riesgo, aunque sin evidencia de metástasis en los ganglios estudiados. En seguimiento y con esperanza en cada paso hacia adelante.
El tratamiento consistió en los siguientes procedimientos.
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